Un circuito genético de diseño convierte a un microbio en un arma antitumoral en ratones


El bioingeniero Jeff Hasty y sus colegas de la Universidad de California en San Diego y el MIT se han apoyado en un circuito genético artificial que han puesto a punto en los últimos años. Este circuito tiene una doble función: por un lado, funciona como un cronómetro, imponiendo un comportamiento periódico a la bacteria que lo acoge. Por otro, sincroniza a todas las bacterias de una población, en este caso para autodestruirse y liberar la sustancia antitumoral.
Los científicos han manipulado una cepa de salmonela para que se infiltre en tumores de ratón y, periódicamente, se autodestruya de forma coordinada liberando una sustancia antitumoral. El experimento ha funcionado bien en ratones, pero es solo un primer paso hacia su posible aplicación clínica.